jueves, 5 de noviembre de 2009

¡Que país generoso!

(lástima nosotros, los argentinos)




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“Argentina: Pobreza y clientelismo”
Por Salvador María Lozada
“La necesidad de combatir la creciente pobreza en la Argentina ha movilizado a la oposición a fin de evitar que este objetivo sea frustrado y pervertido por las conocidas prácticas clientelistas. A ellas acuden asiduamente los gobernantes en su afán obsesivo por contradecir a George Bernard Shaw, quien urgía cambiar frecuentemente de políticos en el poder y de pañales a los niños, en ambos casos por las mismas razones tan obvias como fétidas.…
No es la primera vez, por cierto, que el asunto del clientelismo sale a la luz. No hace mucho la Cámara Nacional Electoral produjo una sentencia que enfrentó esta distorsión de la democracia y suscitó diversos comentarios.
… Allí donde hay intensas pobreza y desempleo, marginación y analfabetismo, como en algunas provincias o en partes de éstas, esa técnica clientelista permite, con alguna rara excepción, ganar las elecciones.

Clientelismo de segundo grado
Esa trama eficiente de dominación clientelista sobre las mayorías empobrecidas, desempleadas, y analfabetas o desalfabetizadas de las provincias está al alcance del gobierno de turno, es decir pertenece al Partido Único del Poder, quien la expropia con facilidad al grupo gobernante anterior, si lo hubiera habido, mediante el uso precisamente de la misma materia prima, el dinero público, a través de una suerte de clientelismo de segundo grado.

Entretenimiento de la pobreza y lumpenproletariat
“Como se sabe, este concepto fue introducido por Marx y Engels en la obra conjunta La Ideología Alemana, de 1845, y usado por el primero en El Dieciocho de Brumario de Luis Bonaparte, de 1852, para referirse al segmento del proletariado que se comporta de un modo improductivo y regresivo, aliado implícito de los sectores dominantes, y es desperdicio o rezago de todas las clases productivas, como expresa en esta última obra. En último análisis, transpuesto al presente, es la marginalidad social dependiente para su subsistencia del asistencialismo gubernamental.
Es que en nuestros días el clientelismo no se limita a usufructuar el lumpen proletariat existente. Es promotor de nuevos acopios de lo mismo. El clientelismo que aprovecha del lumpen es asimismo generador de más de esa misma sustancia. El clientelismo es en si mismo lumpenizador, difunde marginalidad, la acrecienta y la aprovecha.
Nadie podía imaginar a mediados del siglo XIX que esa marginalidad , la pobreza y el desempleo sin horizonte podía constituir una parte decisiva de la población electoral. Dicho de otro modo que el tamaño del “margen” fuera mayor que el “centro” del espacio social. Es el producto de las políticas neoliberales que en lo sustancial no se quieren cambiar, como no cambian tampoco los servicios públicos privatizados, algunos subsidiados “generosamente”, la enajenación de YPF, el trato privilegiado y reverencial al Fondo Monetario, la minería expoliadora y contaminante y el menemismo estructural y residual que nadie cercano al poder se atreve a cuestionar y menos aun a modificar…”

Salvador María Lozada es Presidente Honorario, Asociación Internacional de Derecho Constitucional.
> http://www.argenpress.info/2009/10/argentina-pobreza-y-clientelismo.html

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