lunes, 30 de noviembre de 2009

¿Qué viene? Más de lo mismo


- Política Argentina


Reteniendo la Presidencia de la Cámara de Diputados y la Comisión de Labor Parlamentaria el gobierno podría desactivar el funcionamiento legislativo.
“Ayer a última hora, un operador de Néstor Kirchner transmitió en una reunión de sus íntimos que en Olivos había vuelto la alegría. Luego de una semana muy tensa, el operativo de cooptación de diputados de diversas bancadas le estaría dando al gobierno un total de 132 votos -se necesitan 129 para tener mayoría- para la sesión preparatoria del próximo jueves, en la que deberán elegirse las autoridades y las comisiones de la Cámara. Salvo que haya un giro importante, la embestida opositora, a través de un endeble consenso, ya no apunta a defenestrarlo a Eduardo Fellner sino a ocupar las tres vicepresidencias y la presidencia de la mayor parte de las comisiones, así como la mayoría de los miembros de las mismas.
El rechazo de Elisa Carrió al plan para tomar la presidencia del cuerpo influyó en las cavilaciones radicales. Felipe Solá, ni bien fue electo presidente del bloque, también optó por limitar la ofensiva.

Vale todo
La alegría kirchnerista tiene varios motivos. Con un voto más que la oposición, el oficialismo puede optar -no sin escándalo- por aplicar el artículo 29 del Reglamento de la Cámara. Éste dice: “En las sesiones preparatorias correspondientes a los años de renovación de la Cámara, ésta, por sí o delegando la facultad en el Presidente, nombrará las comisiones permanentes a las que se refiere el artículo 61”. O sea que el kirchnerismo -de tener mayoría- está técnicamente en condiciones de delegar en Fellner el armado de las comisiones. En realidad, Kirchner y Agustín Rossi están trabajando para un solo objetivo: retener la presidencia del cuerpo y el control de las tres comisiones estratégicas que son Presupuesto, Asuntos Constitucionales y Juicio Político. La Comisión de Labor Parlamentaria es la que tiene la última palabra, porque decide el orden del día y el plan de labor parlamentaria. La dirige el Presidente de la Cámara y la integran también los vicepresidentes y los presidentes de los bloques. Si no hay consenso, el Presidente tiene la última palabra. Esto quiere decir que, aunque la oposición predomine en la mayor parte de las comisiones -lo que está por verse-, la decisión sobre los proyectos que llegan al recinto es un resorte de la Comisión de Labor Parlamentaria. Sólo el recambio de Fellner por un opositor hubiera cambiado realmente la ecuación de poder.
La percepción de que la nueva mayoría opositora en la Cámara alterará el actual equilibrio de fuerzas es un error. No habrá un cambio importante mientras el gobierno controle la presidencia de la Cámara y Labor Parlamentaria.
Pero el mayor error de la oposición consiste en prepararse para una intensa batalla legislativa en el 2010, porque Kirchner va a evitar casi totalmente ese escenario. El objetivo oficial es retener el poder en la Cámara para congelar su funcionamiento. Si lo logra, no sólo habrá bloqueado a la oposición, sino que colocaría a la UCR, el PJ disidente y la Coalición Cívica en una relación crítica con sus votantes. La expectativa de un Congreso opositor puede trocarse entonces en la desilusión por la impotencia legislativa. De ser así, las figuras opositoras que ahora llegan al Congreso no estarían en una situación cómoda.

Tarea cumplida
Kirchner puede darse el lujo de ponerle un candado al Congreso sencillamente porque el gobierno no tiene necesidades legislativas inmediatas.
. La prórroga de la emergencia económica hasta diciembre del 2011 faculta al gobierno a renegociar los contratos de servicios públicos y fijar los subsidios.
. La prórroga del impuesto al cheque -también hasta el 2011- congela los 22.000 millones recaudados por ese concepto…

Los riesgos
Con la actual tendencia, lo más probable es que los festejos del 10-D estén a cargo de Kirchner. A dos años de las presidenciales, la mayor parte de los gobernadores seguirían presionando a sus diputados y senadores para que no confronten con Olivos. La razón es que la estabilidad de las administraciones provinciales es frágil.
Hay un riesgo inmediato para el oficialismo y es la elección de autoridades del senado que se realizaría en febrero. Si el kirchnerismo se impone confrontando en Diputados, la revancha de la UCR y el PJ disidente podría pasar por defenestrar de la Presidencia Provisional a Juan José Pampuro.
El otro riesgo fuerte para Kirchner empezaría recién en el segundo semestre del 2010, cuando quedarse pegado al matrimonio presidencial sea sinónimo de extinción política para los legisladores oficialistas que quieren seguir en carrera. Para entonces puede empezar una estampida de deserciones con la consecuente pérdida de control del Congreso.”

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