miércoles, 24 de junio de 2009

¿Dónde hay un hombre?


Sexualidad – Femenina

“Hoy en día es más fácil encontrar las llaves de un carro último modelo en una ensalada que un buen hombre en la calle.
El otro día salimos con unas amigas a tomarnos unos drinks en un bar y me di cuenta de que a nuestro alrededor había exclusivamente mujeres, en grupitos o en parejas. Eso sería normal si hubiésemos estado en un bar de lesbianas, pero la triste realidad es que estábamos todas en una Ladies night involuntaria, debida a la escasez de machos. Como decía la canción, Where have all the cowboys gone?
El problema no consiste solamente en dónde y cómo conocerlos, sino que además existe realmente una ‘escasez del producto’. Nuestro mundo está compuesto de 52 por ciento de féminas y 48 por ciento de machos, y ese 2 por ciento que nos falta para cubrir la diferencia, es el que nos tiene jodidas. Y para rematar la insuficiencia, los que hay disponibles o son casados, o son gays, o son, sencillamente, fatales. Ya entiendo por qué cuando uno habla demasiado en una fiesta con el novio perfecto de la amiga, ésta se pone como un Hulk con tetas, lo arrastra del brazo y la mira a uno como diciendo “este es mío, ¡consíguete el tuyo, putarraca!”
Y es que, ¿cómo diablos hace uno para conocer hombres? Eso me preguntan todas mis amigas que, desesperadas, recurren a mí como si yo fuera la ‘Donald Trump de las relaciones’, desde la recién divorciada, la que enviudó después de un noviazgo de diez años y la eternamente soltera, tan picky que prefiere estar sola que mal acompañada. La respuesta parece obvia, hombres hay en todas partes, los puede conocer uno en el trabajo, por Internet o a través de amigos. Pero la situación se complica cuando para ellas sus compañeros de trabajo se reducen a un computador, la señora de los tintos y varias mujeres en su misma situación.
A la Internet usted ya la despidió de su papel de Cupido después de la colección de excrementos con cédula a los que conoció. Y ni qué hablar de aquellos amigos que le barajan a uno sólo príncipes, pero de la inmundicia. Su soltería se puede perpetuar para toda la eternidad a menos que usted tome medidas. En mi humilde opinión, entre todas debemos darle un vuelco a la situación. Aquellas que nos creemos tan feministas, si exigimos que nos paguen igual que ellos, debemos también jugar con sus mismas reglas…

Podríamos imitar aquel celebre episodio de Sex and the City donde las chicas hacen una fiesta para conocer hombres. Además del trago, cada invitada debe traer un amigo, ex, hermano o hasta papá sexy que pueda ser un buen partido para alguna de sus amigas, porque está visto que la basura de una puede ser el tesoro de otra. Así que, ¡manos a la obra!...”
> http://www.revistafucsia.com/noticias-impresa/escasez-hombres/2217.aspx

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