martes, 9 de junio de 2009

Sobre reaccionarios progresistas




Política - Argentina. Mundo


Lo que nos suele permitir el análisis crítico (dudas filosóficas mediante) es esquivar nuestra ceguera dogmática. Lo ideológico debe ocupar un aspecto del análisis, y sus partidarios de uno u otro campo de ideas pueden defender su posición. Lo que no es recomendables, frente a los aspectos más perversos de la sociedad, es darse permiso para avalar “todo giro ideológico o metodológico en la práctica política”.
Las elecciones del próximo 28 de junio de 2009 en la Argentina pueden ser observadas desde este párrafo publicado en 2004, en un entorno mundial en el que “las derechas” se yerguen en “ganadoras”.
FF

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1) “Un sondeo de opinión realizado por el Centro de Estudios Nueva Mayoría sobre 1.100 casos en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, durante agosto de 2004, muestra que la opinión pública argentina tiende más a autodefinirse políticamente hacia la izquierda que hacia la derecha. De acuerdo al estudio, sólo el 6% se define como de derecha y el 9% como de centro-derecha. El 29% se define como de centro, el 24% como de centro-izquierda, el 13% se define de izquierda y el 19% se considera apolítico” (8).
… En el cual izquierdas y derechas se reorientan a partir de esta situación histórica fatal, en el afán de “armonizar” los restos transideológicos del “mundo de la política” devenido “Campo de batalla la Tierra” (Battlefield Herat). Escenario beligerante, incluso desde “el discurso del odio (que) no sólo comunica una idea ofensiva o conjunto de ideas, sino que además realiza el mensaje mismo que comunica: la comunicación en sí es a la vez una forma de conducta” (15). Para muestra sólo hace falta examinar los discursos de los candidatos…

Parque temático
Si en lo supuesto real algo es “real”, siguiendo una “iluminación” lacaniana, podríamos decir que actualmente se produce una “conmemoración de goce”. Se trata de una visita entusiasta al “parque temático” de la ideología “única”, en el cual seguimos dando vueltas en la rueda gigante de “lo mismo” -con arriba y abajo, con diestros y siniestros-. A la vez, hemos transcurrido decenas de cientos de años sin enfrentar -para una gestión afirmativa del sujeto- la clave de nuestra existencia política: el Poder como meta humana. Pero ocurre que actualmente el escenario es de una gravedad excepcional -aun cuando parezca apocalíptico-; lo que permite exigir tanto a las izquierdas como a las derechas que, si van a continuar arrastrándose hacia el centro, lo hagan para producir una “ideología” del futuro. No como estrategia extrema de sobrevivencia utilitarista…”

Setiembre 2004
Política de la ilusión
Ediciones del Signo

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