Política - Argentina
El matrimonio entre la política y la publicidad puede engendrar monstruos. Lo que hoy tenemos es apenas un candidato. Que no es mejor que el del oficialismo; pero puede ser peor.
El matrimonio entre la política y la publicidad puede engendrar monstruos. Lo que hoy tenemos es apenas un candidato. Que no es mejor que el del oficialismo; pero puede ser peor.
Según se puede percibir, el nacimiento y crecimiento de tal engendro verá la luz definitiva en poco tiempo, con vistas a la gobernación bonaerense.
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Un candidato construido por las encuestas y los publicistas
En el año 1972 el director estadounidense Michael Ritchie filmó El candidato, cuyo protagonista fue el genial Robert Redford. En ese filme se cuenta cómo se construye un candidato y, aun más, cómo el político recientemente inventado va amoldando su discurso según los números de las encuestas. Esta interesante película no sólo sirve para entender una de las democracias más poderosas y complejas del mundo, la estadounidense, sino también para comprender el momento actual de la política argentina 37 años después de aquel candidato.Esta mención a la película de Ritchie tiene doble intención. La primera es antipática: contar el final, pues tras recorrer un camino despojado de principios y ganar las elecciones, el candidato se pregunta: ¿y ahora?
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Un candidato construido por las encuestas y los publicistas
En el año 1972 el director estadounidense Michael Ritchie filmó El candidato, cuyo protagonista fue el genial Robert Redford. En ese filme se cuenta cómo se construye un candidato y, aun más, cómo el político recientemente inventado va amoldando su discurso según los números de las encuestas. Esta interesante película no sólo sirve para entender una de las democracias más poderosas y complejas del mundo, la estadounidense, sino también para comprender el momento actual de la política argentina 37 años después de aquel candidato.Esta mención a la película de Ritchie tiene doble intención. La primera es antipática: contar el final, pues tras recorrer un camino despojado de principios y ganar las elecciones, el candidato se pregunta: ¿y ahora?
Quedaba en evidencia, de este modo, la ausencia de propuestas, el acento puesto únicamente en la imagen del candidato y un discurso según conviniera a las mediciones. La segunda intención es trazar un paralelo entre ese candidato que compuso Robert Redford y el argentino que más se le parece, y no físicamente, Francisco de Narváez.El ex dueño de Casa Tía se dio cuenta, como tantos otros oportunistas, que el partido para llegar al poder en la Argentina es el peronismo. Hacia allí fue, y con la fuerza de su abultada billetera construyó su imagen. Como Redford, recorrió un camino despojado de principios, es diputado y en la Cámara apenas si algún portero lo reconoce cuando entra al recinto. El objetivo final del “Colorado”, ya se sabe, es la Casa de Gobierno de La Plata. Su intención es ser gobernador y para ello debe revalidar sus pergaminos como diputado nacional. Por eso no cedió cuando Felipe Solá se acercó al espacio en busca del primer lugar como candidato con un objetivo mucho más ambicioso: la presidencia de la Nación…”
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